¿Por qué no deberíamos comer sangre?

Sobre Hechos 15: 19, 20, 28,29; 16:4. Era necesario que los gentiles dejaran de comer o beber sangre para apartarse de todas las contaminaciones de los ídolos, pero la Biblia ya había explicado otras razones:

Sobre el texto de Génesis 9: 3,4 a pesar de que se faculta a los humanos a matar animales para sobrevivir, se debe considerar que el dueño de esos animales es Dios. Y como tal, puede decidir cómo hacer uso de esas vidas que Él creó. Por eso, al matar un animal para comérselo, el hombre debería derramar la sangre del mismo.

Lo dicho en Génesis 9:4 aún no estaba bajo la Ley dada a Moisés, por cuanto se dio a Noé y sus hijos que eran toda la humanidad que existía entonces, y junto con este mandamiento se dieron otros preceptos que igualmente sigue vigentes. La lectura del relato mostrara la vigencia de este. Génesis 9:1-17.

El pacto de Dios de no traer un diluvio y cuyo sello es el arco iris, sigue en vigor. Los hombres seguimos comiendo carne por autorización de Dios, y jamás ha dicho Dios que ya no es necesario derramar la sangre o que ya se puede comer la sangre.

Es parecido a la restricción dada en Génesis 3: 16,17. Desde el principio Dios ha instruido a los hombres a apartarse “de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre”. Estas prohibiciones no se originaron con la ley de Moisés.

Lev 17:11 "Porque la vida de la carne está en la sangre, y yo os la he dado sobre el altar para hacer expiación por vuestras almas; porque es la sangre, por razón de la vida, la que hace expiación." Dios no permite que el hombre coma la sangre (la vida) del animal. Cuando el nuevo Testamento habla de la “sangre” de Cristo, se refiere a su vida; el dio su vida por nosotros. La sangre de animales servía como instrumento de sacrificio que tipificaba la muerte de Jesús.

La ley Mosaica incluyó la prohibición y la amplió para los judíos Lev17:13, 14 "Y cuando algún hombre de los Israelitas o de los extranjeros que residen entre ellos, que al cazar capture un animal o un ave que sea permitido comer, derramará su sangre y la cubrirá con tierra. "Porque la vida de toda carne es su sangre. Por tanto, dije a los Israelitas: 'No comerán la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es su sangre; cualquiera que la coma será exterminado. 'NBLH

Por lo tanto sabemos porque Jehová prohibió comer la sangre de un animal que mates para comer. Porque representa la vida, su vida. Y aunque se nos permite matar a un animal para comerlo, debemos valorar esa vida lo suficiente y respetar que es una vida que existe gracias a Jehová. Y eso lo demostramos cuando a pesar de que lo matamos para comernos su carne, no nos comemos su sangre en señal de aprecio, valor y respeto a esa vida que es posesión de Jehová.

Si argumentamos por error que estas restricciones eran provisionales y que no se aplica a nosotros ahora, ¿por qué se prohíbe la fornicación también? ¿Se prohibió para no ofender a los judíos o para promover la comunión entre judíos y gentiles?

Eran cosas necesarias entonces y son necesarias ahora.

Dices que en Ro. 14 y 1 Cor. 8 y 10 Pablo habla de cosas lícitas que se pueden practicar con tal que no se haga tropezar al hermano, pero la fornicación y el comer sangre no son cosas lícitas.

Algunos creen que la palabra “todo” incluye la sangre, pero Pablo habla de la carne y ni siquiera menciona la sangre en tales textos (Rom. 14; 1 Cor. 8 y 10).

Hechos 15, trata de “estas cosas necesarias” y no de asuntos de opinión. Las prohibiciones contenidas se llaman “ordenanzas o decretos” (Hechos 16:4) y no dice que sean para un tiempo en particular sino hasta el final.

Hechos 15:29 especifica la ley y no un “simple consejo” y 1 Cor. 8 y 10 revela la excepción de la ley, como en la Ley del uso de la sangre dada a Moisés había excepciones y que no hemos considerado por su extensión. No se contradicen ambos textos. Por ejemplo la ley de Cristo sobre el divorcio y segundas nupcias. Pero no hay excepción alguna de la ley que prohíbe la fornicación y el comer sangre.

“La Fornicación, Jesús y el mismo Pablo, repiten, no es de cristianos.” La fornicación no es de cristianos y aparece a la vez y en el mismo “conjunto”, como cosas necesarias, junto a cosas sacrificadas a ídolos y el no comer sangre. ¡Entonces significa que practicar tales cosas no es de cristiano pues si un elemento no lo es (fornicación) tampoco lo son sus acompañantes (sacrificios a ídolos y sangre)! (Hechos 15:20).

¿Cuál es la prueba bíblica qué demuestre que la fornicación es una prohibición universal pero el mandamiento de apartarse de sangre era mandamiento provisional?

Ahora deberíamos preguntarnos ¿por qué solo estás cuatro amonestaciones (tres si consideramos lo estrangulado y la sangre la misma cosa) eran lo que los gentiles o incircuncisos deberían tomar de los circuncisos o judíos? por ejemplo, ¿por qué no menciona algo tan importante como el asesinato?

Las naciones cometían fornicación, sacrificaban cosas a ídolos falsos y comían y bebían sangre en sus ritos. Nada de esto les perturbaba en sus propias conciencias porque eran prácticas habituales entre todos y a lo largo de la historia.

Para que la conciencia de un gentil en el tiempo de Pablo, por ejemplo, un ciudadano romano amoldara su conciencia a los ojos del mismo Dios, eso era y es lo que significaba ser cristiano, entre otras cosas, debió a través de estas amonestaciones desechar estas prácticas habituales para sus contemporáneos.

Lo que a todo ser humano le hace parecer limpio delante de Dios es su propia conciencia, lo que les hacía parecer limpios y diferentes a los judíos ante Jehová era el cumplimiento de la Ley, lo que nos hace a los cristianos hoy día estar limpios delante de nuestro Señor y nuestro Dios, es intentar cumplir los principios que encontramos en Las Escrituras o Biblia.

Por ejemplo, quien comete asesinato, peca contra Dios y contra su prójimo. Y tú me dirás es un pecado grande ese. Quien pecaba contra el mandamiento de comer sangre bajo la Ley ¿contra quién pecaba ese? ¿Contra su hermano o contra el mismo Dios? Diremos, entonces era un pecado pero no equiparable al anterior.

Que el tema de la sangre solo venga reflejado una vez no por eso nos debe hacer pensar que no tiene importancia y no es motivo de pensar por nosotros lo que es o no es importante. La pregunta que nos deberíamos hacer es ¿aparece o no aparece esa disposición? La segunda es ¿encontramos algo que nos indique con total claridad, no con simples conjeturas, que esa disposición ya no es válida?

A veces lo que para nosotros es importante, para Dios, y digo tal vez, no lo sea tanto. Otras muchas, lo que para nosotros no tenga mucha relevancia, puede que para nuestro Dios si lo sea. Ejemplos encontramos muchos, en especial observando al que era el mismo reflejo del Creador, Cristo Jesús.

En conclusión, sea la sangre u otros motivos de diferentes naturaleza lo que nos culpabiliza o exonera de todos nuestros actos delante de Dios es nuestra propia conciencia y esta entrenada y sometida, disciplinada por la Palabra, porque por eso y por mas somos o nos hacemos llamar cristianos.

Cuando entendemos con total claridad, sin manipulación alguna de organización humana, lo que implica la abstención sobre la sangre, nos hace tener la tranquilidad necesaria a los cristianos que sí seguimos ese cumplimiento (no comer sangre) y de que cuando compramos carne, o cualquier alimento, no nos atormentamos y así no tenemos que estar siguiendo el ejemplo de los judíos y la ley, poniendo más atención en su cumplimiento que en lo que en sí significaba y significa actualmente para TODOS NOSOTROS.

Transfundir no es comer sangre, ni el resultado del asunto envuelto en ello es el mismo.

Creo que he intentado explicar de manera sencilla lo que otros había ya explicado de manera bíblica, incluso utilizando sus mismas palabras. Por lo que queda manifiesto y claro el motivo por el cual no como sangre siguiendo el mandato de mi conciencia por lo que puedo percibir a través de la Palabra, como muchos otros antes que yo lo han hecho, como según queda reflejado en la historia, los primeros cristianos (judíos y gentiles) no comían alimentos hechos con sangre como componente principal, por ejemplo, morcillas, como señal de respeto hacia nuestro Dios y al mismo tiempo hacia el animal por el cual se sustenta nuestras vidas, ese sentimiento intrínseco está presente en mis oraciones de agradecimiento por el pan nuestro de cada día.

Su hermano.

JM