LA LEY DE DAR Y RECIBIR

El dar y recibir es una ley universal, no es una opción de vida.    Desde que nacemos estamos sujetos a ésta pues de no ser asi no subsistiríamos, fuimos hechos para recibir.
        Cuando un bebé nace inmediatamente deberá comenzar a recibir alimento, atención y cuidado pues de otra forma morirá, sin embargo al proveérsele estas cosas sin ayudarle a ver  cómo recibir apropiadamente, se convertirá en un niño  que a pesar de tener  lo necesario  deseará  los objetos de otros y se negará a compartir los propios.   Ha nacido entonces su egoísmo.   Provocará problemas a los padres y a otros niños y el ambiente en que el se encuentre será uno de inquietud y stress.

        El matrimonio también  es un claro ejemplo de cómo funciona esta ley, la relación sexual  está inspirada en ésta y al guardarla apropiadamente dará  felicidad a los participantes,  sin embargo no sólo abarca el sexo sino toda la convivencia de la pareja.   Naturalmente, como toda ley, el guardarla o violarla tendrá sus consecuencias,   un matrimonio mal avenido puede ser resultado de la falta de voluntad de una o de las dos partes para dar o ceder ante el otro.   Dentro de esta ley se maneja no sólo el matrimonio sino toda relación humana , pero lo principal es que esta ley gobierna tambien nuestra relación con el Creador.
              El alma humana  Adan fue hecho para recibir……pero para recibir que? ….amor,….. en toda la creación se puede ver la evidencia de la voluntad de Dios para otorgar, si, el mismo Dios se atiene  a esta ley que manifiesta su personalidad.
“para que seáis hijos de  vuestro Padre que está en los cielos; porque El hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos”  Mateo 5:45
      Fue precisamente la violación a esta ley superior lo que alejó a la humanidad de su generoso Creador y en la actualidad estamos recibiendo las consecuencias terribles de tal actitud,para que esto mejore deberá acontecer un cambio profundo en la humanidad, este cambio, sin embargo  debera efectuarse  dentro de nosotros no  en forma  superficial. Esta acción necesaria pudiera comparararse al deseo de obtener de un árbol un buen fruto, todo esfuerzo por mejorar su aspecto en el exterior seria inútil, deberemos trabajar en sus raíces al proveerle un abono apropiado que se reflejará en sus ramas y en su posterior fruto.     Ese abono simbólico es un genuino deseo de mejorar en nuestro interior, y nadie puede hacerlo por nosotros y esta es precisamente la diferencia entre el método empleado por las religiones como los Testigos de Jehova, quienes controlan a sus miembros por medio de regular sus actos exteriores mientras ignoran lo que sucede en sus raíces, solo hasta que se manifiesta el fruto es cuando entonces todavía  ciegos, expulsan a una persona en vez de reconocer que “un árbol podrido no produce fruto excelente”.
        En resumen, me parece que esta ley es lo principal que se manifiesta en el primer libro de la Biblia, el Génesis,como un tesoro escondido y de la cual se deriva todo lo que nos rodea tanto bueno como malo, y que esa serpiente que habló a la primera mujer puede bien ser este deseo egoísta que apareció en el corazón humano llevándonos a un alejamiento de Dios.      Ahora es el tiempo de volver, de reconocer que el reino de Dios está en nuestro corazón y que nuestro Padre todavía está dispuesto a recibirnos en casa.